Kaleth Morales dejó unas banderas en la -composición joven- vallenata, que hasta el momento no ha sido ondeada por la Nueva Ola del vallenato, cada vez más alejada de las raíces del folclor.
La razón: que él logró construir un vallenato poético con los elementos actuales. El poeta Luis Mizar, por ejemplo, reflexiona acerca del burro que tenían como medio de transporte los juglares que antecedieron a la nueva generación de compositores, que se moviliza hoy en camionetas cuatro puertas, de modo que el elemento de conquista cambió.
Morales Troya echaba mano de lo que tenía en su entorno y lo llevaba a sus canciones, dándoles un contenido real, como lo hizo con El Guante, en la que hace metáforas utilizando los implementos de un deporte que amaba: El béisbol.
“Ya tengo el guante, sigo dispuesto y voy a atraparte. Alisto el bate, sigo en el plato y no voy a poncharme”.
Con Silvestre Dangond cantó a dúo una de sus canciones (Se va a formar) que evoca a los amigos y compadres que tras contarse sus penas se iban juntos a serenatear a sus enamoradas.
“Será que de otro ella se enamoró y contigo no quiere na', perdona que interrumpa fui yo el que la empezó a embarrar, y mejor la vamos a serenatear, pa' ver si quiere regresar...”.
Amaba con sus cinco sentidos, tal como lo dijo en una de sus obras: “Y si miro son tus ojos y si toco son tus manos y si percibo es tu aroma y si escucho tus palabras, con el gusto de tu boca”.
Fue precisamente estando en uno de esos estados de encantamiento, cuando compuso la canción cumbre, compuesta para Mary, una mujer que le cambió de pensar, sentir, decir las cosas y la mala costumbre que tenia.
A ella le dijo “Te veo y me siento como aquel que está muriendo de la dicha porque tiene la lado a la mujer que ama”. Fue la forma más natural que el cantautor tuvo para describir sus sentimientos, puesto que cuando veía a Mary, se transportaba a un plano supraterrenal en el que sólo existía ella.
Era normal escucharle términos románticos con toques muy poéticos como “Tienes el swing que faltaba a mi vida”, Tienes el mapa de mi alma perdida”, “Ser tu novio es tronco de nota”…
Están en mora los autores contemporáneos de Kaleth continuar un legado que él dejó; tienen la misión de permitirse sentir para componer y, aunque con otras realidades, ser románticos y líricos para que sus sentimientos cantados tengan un efecto perdurable y en el futuro, como las de él.
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